Todavía
me sigo preguntando
si
fue realidad o fantasía;
si
acaso no estaba soñando
cuando
en sueños te sentía.
Tu
mano por mi piel bajando
desde
el cuello hasta mi hombría;
tu
verde mirada devorando
lo
que tu caricia endurecía.
Tu
ardiente boca estimulando,
en
peligrosa y atrevida osadía,
lo
que los labios iban rozando
y la
lengua humedecía.
Con
tu fiero puño apretando
y
agitándolo con inmensa energía,
mi
falo erguido y palpitando
explota
y te riega con maestría.
No hay comentarios:
Publicar un comentario