Tu
fusta oscura de cuero
golpea
mis níveas nalgas
sin
piedad, con ritmo fiero,
no
pudiendo impedir que lo hagas.
Mis
manos atadas a la espalda,
la
cabeza inclinada al suelo,
la
giro para ver a mi Ama
vestida
entero de negro.
El
corpiño, las medias, el liguero,
un
arnés a la cintura atado;
cual
puta que por dinero
se
dispone a penetrar mi ano.
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