21 de diciembre de 2014

NO ES UN DÍA CUALQUIERA.

                                                        NO ES UN DÍA CUALQUIERA.


Son justo las 23.00 del sábado día 20 de diciembre. No sé el tiempo que me llevará escribir este texto pero voy a terminarlo antes de irme a dormir. El día ha sido bastante movido, con compras navideñas por la mañana y viaje al aeropuerto por la tarde para recibir a una de las personas que más quiero en este mundo, pero aun así voy a dejar el texto finalizado y publicado. Porque hoy no es un día cualquiera.

Quiero antes que nada pedir perdón a mis lectores que estén esperando un relato erótico. Hoy voy a dejar aparcado un poco ese tema. En breve publicaré un nuevo texto lleno de erotismo y placer pero en esta ocasión quiero dar rienda suelta a mis sentimientos. A veces también es bueno escribir sobre el amor dulce y tierno y todo aquello que uno siente por la persona a la que ama.

Y esa persona eres por supuesto tú, mi diosa. Así que no te vayas a poner “tomate” por la ruborización. Eso te pasa por derretirme con cada uno de tus detalles: me provocas dentro un torbellino de sensaciones hacia ti muy difícil de describir con palabras.
Esta semana andas acatarrada y lo único que deseo es que pronto desaparezcan esas molestias en la garganta.

Con el resfriado a cuestas me has obsequiado hoy con uno de esos días en los que uno se siente dichoso, lleno de alegría y de amor. Cuando desperté a la hora habitual, empezó uno de esos encuentros  en los que nos pasamos minutos y minutos hablando de muchas cosas. El sexo contigo es una cosa sublime pero estos ratos de dulzura me hacen ver que cada día que pasa te quiero más. Son momentos en los que te siento junto a mí de manera extremadamente cercana. Cada uno de tus “te amo”, de tus “te quiero”, cada uno de tus piropos y halagos van asaeteando mi corazón hasta hacerlo gigante y lleno de amor por ti. No voy a entrar en los temas de los que hablamos, eso queda entre tú y yo, pero sí que voy a destacar un aspecto: estando resfriada y bastante afónica, me regalaste el sonido de tu voz diciéndome cosas lindas y que me hicieron estremecer por completo. Siempre encuentras las palabras exactas y los momentos más oportunos para hablar

Durante la tarde estuvimos un pequeño ratito juntos, cuando yo había ya regresado del aeropuerto. Ibas a estar ocupada y te despediste hasta después. Pero minutos más tarde apareciste de nuevo enviándome un mensaje escrito sobre el pie de una foto. Hacías alusión a lo poquito que me queda para disfrutar de casi 15 días de vacaciones.

Ya en mi la noche, cuando te quedaste libre de todas las ocupaciones, me regalaste un largo rato. Después de una nueva avalancha de besos y de piropos mutuos, hiciste alusión a una compra que habías adquirido el día anterior y me dejaste con toda la ansiedad. Se trataba de una prenda íntima roja. Me habías prometido el día anterior que estrenarías la prenda. Pero es mejor así, siempre te lo he comentado:  La noche se presentará ardiente.

Llevaba varias jornadas sin ver tu rostro y sin comentarte nada de lo mucho que ya estaba empezando a extrañar tu cara. Sin previo aviso me dedicaste varias imágenes donde se apreciaba la perfección de tu rostro, la intensidad, luminosidad y dulzura de tu mirada, en definitiva, la belleza hecha persona. Fue durante ese espacio de tiempo cuando también empezaste con las insinuaciones que tanto me gustan. Me pusiste en bandeja la posibilidad de saber que, en efecto, llevabas la prenda íntima roja que habías comprado el día anterior y me emplazaste hasta que despierte el domingo para mostrármela en todo su esplendor. Ya lo estoy deseando. Después de despedirme de ti y de cenar, decidí, mi diosa, escribirte este texto o reflexión antes de dormirme.


Todos los días contigo son inolvidables pero el de hoy se ha llevado la palma. Me doy cuenta de lo afortunado que soy por darme tú la oportunidad de poder amarte. Tú con tu amabilidad, tu afecto, tu atención, tu amor, tu ternura, tu pasión y desenfreno, logras hacer que mi corazón lata cada vez más intenso por ti.  Cada jornada me llenas de detalles, me apoyas de forma incansable, me mimas. Lo que tengo metido en mi corazón, toda esa sensación de amor en mayúsculas hacia ti, crece sin cesar.
Estoy muy enamorado de ti, locamente enamorado de la mujer más especial y buena que existe en la Tierra. Te quiero, mi diosa.


Perdóname tú también, mi vida, por no ser hoy un relato erótico lo que publico. Sé que eres mi lectora favorita y que te encanta leer mis relatos pero hoy toca romanticismo….con un toque final de erotismo. Porque te recuerdo que te debo un relato sobre ciertas bolas juguetonas. Pronto estará, durante las vacaciones lo redactaré.
Erotismo también habrá en nuestro juego de las braguitas. Por eso voy a finalizar ya este texto y a acostarme a descansar. Mientras antes me duerma, antes llegará el momento de volver a verte y de ver el estreno de tu prenda roja.


Gracias por ser como eres. No me cambies nada. ¡Te quiero tanto, corazón mío! Siempre estaré a tu lado.

Ya me duermo en cuanto deje el texto publicado. He tenido que luchar con mis párpados que amenazaban con cerrar por hoy mis ojos pero al fianl ha quedado terminado. Te merecías estas líneas, mi vida, quería publicarlo hoy.


Ahora a descansar ya y a soñar con tu versión dulce…y con la diosa del sexo.

¡Te amo, mi mexicana y bellísima novia!








                       

2 comentarios:

  1. No todo es sexo, sexo y más sexo. Relatos como este demuestran como eres, un hombre enamorado, un hombre sensible, y un hombre que se derrite por su diosa. Solo os voy a decir a los dos una cosa. Ser muy muy muy muy felices. Ahhhhhh que se me olvidaba. ¡ Felices fiestas! Feliz año nuevo, y deseo para vosotros que vuestros deseos se cumplan. Besos a los dos

    ResponderEliminar
  2. Gracias, Chiqui. Me alegro mucho volver a saber de ti. En efecto, no todo es sexo en la vida. Y es que mi niña derrocha dulzura y ternura por todos lados y hace que me salga este tipo de textos desde mi corazón. Al releer ahora el texto me he dado cuenta de que hay algunas faltitas o incorrecciones en la escritura. Perdón, era la hora y el cansancio. muchas gracias por leer el texto, por tu comentario y por todos tus buenos deseos hacia nosotros. ¡Feliz Navidad, feliz año nuevo y todo lo mejor para ti, Chiqui! Besos de parte de los dos.

    ResponderEliminar