EL CORAZÓN DE UNA DIOSA.
El corazón de mi diosa es enorme, inmenso, tan grande que casi se le sale de su precioso y joven cuerpo. Es un corazón lleno de amor, bondad y afecto. Con cada latido es capaz de estremecerme, derrochando dulzura a borbotones.
Todo lo que mi diosa encierra en su corazón es pura ternura, que hace que ella me trate como nadie me ha tratado ni me tratará en la vida.
Si estoy preocupado por algo, ella sabe cómo hacer para quitarme esa preocupación.
Si me siento apenado, ahí aparece ella para eliminar mi pena.
Si intuye que me voy a agobiar por algún motivo, me pide que no me estrese.
Si me encuentro enfermo o dolorido, mi diosa es capaz de sentarse junto a mi lecho y estar pendiente de mí para aliviarme el dolor.
Cuando le pregunto que por qué es tan buena, ella me responde con una sonrisa angelical, sin palabras. Le vuelvo a insistir otra vez y nada, no me lo aclara: de nuevo obtengo como única contestación una sonrisa.
Esa bondad la empuja a tener tantos y tantos detalles conmigo….A ella igual le parecen insignificantes, pero para mí son muy especiales y los valoro como se merecen.
¿Es normal regalarme cada mañana el despertar más maravilloso que pueda haber?
¿Es normal dedicarme a diario todas esas palabras amorosas besos y piropos?
¿Es normal permitirme oír su voz, dulce y melosa, sin importarle la hora, el día y el momento que sea?
¿Es normal ofrecerme su compañía cada noche hasta que cierro mis ojos para dormir?
¿Es normal que me cante y me dedique canciones románticas para expresarme lo que siente por mí?
¡Sabes, mi diosa, lo único que has conseguido con toda esa bondad? Has logrado que me enamore de ti como jamás pensé que me enamoraría de nadie. Has logrado que no deje de pensar en ti noche y día. Has logrado que mi corazón sienta lo que es el amor verdadero, el AMOR en letras grandes.
Has logrado derretirme y emocionarme hasta el punto de que en más de una ocasión las lágrimas han resbalado por mis mejillas.
Has logrado que te entregue mi corazón abierto de par en par.
Sé de sobra que mi corazón no es tan bueno como el tuyo, pero tienes que tener en cuenta que yo soy un simple mortal y tú una diosa.
Eres una diosa a la que quiero con todo mi alma, una diosa llamada PATTY, así, en mayúsculas. Porque cada una de esas cinco letras que forman tu nombre las llevo grabadas a fuego en mi corazón.
TE AMO, PATTY.
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